Adrián Uribe formará parte del doblaje de Tadeo, el explorador perdido 2: El secreto del Rey Midas
Por Lucía Campos
Tadeo Jones viaja hasta Las Vegas para asistir a la presentación del último descubrimiento de la arqueóloga Sara Lavroff: el papiro que demuestra la existencia del Collar de Midas, el mítico Rey que convertía en oro todo aquello que tocaba. Pero el feliz reencuentro se verá enturbiado cuando un malvado ricachón secuestra a Sara para poder encontrar el talismán y conseguir riquezas infinitas. Junto a sus amigos el loro Belzoni y su perro Jeff, Tadeo tendrá que hacer uso de su ingenio para rescatar a Sara, en un viaje por medio mundo, donde encontrará nuevos amigos ¡y nuevos villanos!
Adrián Uribe, querido por el público mexicano gracias a la enorme lista de participaciones que ha tenido en teatro, televisión, conducción, cine y también doblaje, y que lo han convertido en una de las figuras más actuales de la televisión, comparte su talento para la voz en español de “Momia”.
Gracias al dedicado trabajo de doblaje que realizó Adrián, el público mexicano podrá disfrutar del humor y carisma de “Momia”, quien junto a Tadeo, tendrá que rescatar a su amiga Sara Lavroff de Jack Rackham y su equipo, quienes la secuestraron junto con el mapa que indica dónde están las piezas del collar del famoso Rey Midas, pues quieren obtener el mismo poder que tenía ese rey: convertir en oro todo lo que toquen.
Este jueves 17 de agosto se estrena en México la segunda parte de la divertida película animada Locos por las Nueces en la que la ardilla Surly y sus amigos se encuentran en una nueva aventura.
Esta secuela, dirigida por Carl Brunker, (Operación Rescate) inicia cuando los animales descubren que el malvado alcalde piensa demoler el Liberty Park y construir un parque de diversiones en su lugar. Surly y sus amigos deberán ingeniar un plan para proteger su hogar.
Cuenta con las voces del doblaje en español de Daniel del Roble, José Gilberto Vilchis, Rubén Moya, Mireya Mendoza, Humberto Solórzano y Verónica López Treviño.
por Lucía Campos / @LuCampocCh
Y Disney·Pixar lo hace de nuevo. Como bien lo he dicho antes ya, me declaro fan y feliz consumidora de los productos de esta sociedad, cualquiera que sea, por supuesto no TODAS son de mi agrado, pero la gran mayoría sí.
Esta vez, me tocó ver la nueva entrega de Cars 3, les he de confesar que tenía ciertas dudas al respecto ya que la segunda película de esta saga en lo personal me dejo mucho que desear, así que ahora iba con ciertas reservas. Después de los 109 minutos animados, les puedo decir que esta es una de las mejores historias de Pixar, y sin duda reivindican el error que cometieron en la entrega pasada.
Vamos por partes, ¿de que va esta nueva historia? Rayo McQueen sigue siendo una leyenda viviente, el #1, rodeado de los amigos que ya conocemos y que se han vuelto entrañables, Mate, Sally, Guido, Luigi, entre muchos otros.
Rayo está en la cima de su carrera, hasta que llega una nueva generación de autos ultrarrápidos para hacerle la vida difícil, ¿porque? Porque le muestran a nuestro héroe que ha comenzado a perder la habilidad, y velocidad que tenía porque ya está envejeciendo.
Es entonces que comienza la verdadera encrucijada para Rayo, en donde se tiene que enfrentar a un hecho que a sus ojos parece imposible. Todo a su alrededor le señala que el fin de su carrera ha llegado, y necesitará más que nunca la fuerza de quienes lo quieren y admiran, entre ellos Cruz Ramírez quien es ahora su entrenadora personal, y quien a pesar de la admiración le señala lo que todo el mundo.
En esta historia Rayo tiene que mostrar su valor y fuerza dentro y fuera de las pistas, lo que vuelve a esta entrega una de las más honestas, está llena de mensajes y lecciones complejas explicadas de una manera sencilla.
El cómo Pixar enfrenta a sus personajes con una de las verdades universales que a todos nos asustan: envejecer, demostrando que es posible que los personajes (así sean autos) van madurando, y que se enfrentan a las mismas decisiones o problemáticas que nosotros sin duda es un acierto, lo que permite que nos enganchemos.
Esta es una historia que niños y adultos tienen que ver, ya que nunca está de más que nos recuerden cuantas veces sea necesario que no importa la edad, siempre tenemos que ir tras lo que queremos, y nadie en este mundo tiene el derecho de detenernos, el límite lo imponemos nosotros.
